No por ser un primer piso, con la mayoría de espacios dando a patios interiores, tiene porque ser lúgubre una vivienda!

Sacamos el mayor partido a los dos patios convertiéndolos en parte de la vivienda, en una extensión de la misma. Eliminamos el concepto de patios-trastero que tenían antes y con la reforma les dimos otro uso: espacios de relax, de lectura, de encuentro con amigos… y para conseguir eso pintamos los patios de blanco, pavimentamos el suelo con un bonito y colorido gres, colocamos guirnaldas de luces en las paredes y pusimos grandes macetas con vegetación.

Queríamos que la transición desde la vivienda hacia los patios fuera natural, que no hubiera un choque de espacios; por ello, revestimos las paredes de la vivienda que bordean los patios con papel pintado en motivo vegetal, concretamente bambús. Así desde el interior de la casa se percibe la paz que transmite la naturaleza.