El reto no fue fácil, construir 6.000 m² de Ikastola en una parcela de poco más de 2.000 m², para 500 alumnos de entre 6 y 12 años. De ahí la verticalidad del edificio.

Para cumplir con los nuevos métodos pedagógicos de la Ikastola Zurriola, diseñamos espacios aptos para implementar dicha metodología. Es muy importante el impacto que los espacios educativos tienen sobre el aprendizaje; por ello al diseñar el nuevo centro, tuvimos en cuenta que los espacios fueran multifuncionales y así romper con la idea de: un espacio=una función. A contraposición, nosotros queríamos lograr una idea de: un espacio=muchas funciones.

Para ello, diseñamos plantas libres y flexibles, donde los espacios se subdividen o se amplían mediante paredes divisorias formadas por puertas correderas que permiten unir/desunir aulas y a su vez independizar los espacios acústicamente cuando lo requieran, pero manteniendo siempre esa unidad visual que permiten los cerramientos transparentes.

Los muebles también son multifuncionales; el ejemplo más elocuente es la escalera- mueble diseñado para la biblioteca a base de gradas/estanterías de usos múltiples: por un lado cumplen la función de escalera (como nexo de dos plantas), y por otro lado como mini espacios que fomentan el pensamiento y la creatividad: el alumno puede subir/bajar, tumbarse, jugar, charlar con sus compañeros o leer.

También se han evitado los pasillos, que solo cumplen la función de “circular” y sustituimos esos espacios desaprovechados por espacios de diversidad que con la ayuda de mobiliario con ruedas, que facilita y provoca movimiento, crean nuevos ambientes muy DIVERSOS, CAMBIANTES, ADAPTABLES Y FLEXIBLES. Es la idea de un “coworking” llevado a la enseñanza.